Mini decepciones

Pequeñas, sí… pero como una flecha directa al corazón.
Rompen la confianza que habíamos construido,
aunque no sea una gran traición, aunque casi no lo parezca.

Para mí, es una sensación de rotura.
Se quiebra esa fina línea invisible que me unía a esa persona.
Y por pequeña que sea, duele.
Duele en el pecho, me enfada,
me hace sentir fatal.

Y ya no puedo mirarla con los mismos ojos.
Ya no.

“El alma noble tiene por compañera la tristeza cuando ve caer a quien tenía en estima.”
— Séneca

Sentir esa rotura no es un signo de debilidad, sino de humanidad.
Lo que hacemos después… eso es lo que nos fortalece.

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